Individuos Gestantes y en Período de Lactancia:

Persisten preocupaciones sobre los posibles riesgos asociados con las vacunas contra el COVID-19 para personas embarazadas y en período de lactancia, así como para sus bebés. Sin embargo, las personas embarazadas pueden reducir significativamente el riesgo de enfermedad grave mediante la vacunación. Es importante destacar que las vacunas contra el COVID-19 no representan ninguna amenaza para el desarrollo del bebé. Por el contrario, la vacunación durante el embarazo proporciona protección contra complicaciones graves que pueden surgir a raíz de una infección por el COVID-19. Datos acumulados demuestran de manera consistente la seguridad y eficacia de estas vacunas tanto antes como durante el embarazo. El monitoreo continuo de las vacunas contra el COVID-19 es el más extenso en la historia de los Estados Unidos.

En caso de efectos secundarios después de la vacunación contra el COVID-19, las personas pueden tomar medicamentos de venta libre como ibuprofeno, acetaminofén o antihistamínicos para el dolor o malestar, incluyendo fiebre. Sin embargo, se recomienda consultar a un profesional de la salud antes de tomar cualquier medicamento. Consideraciones clave a discutir con los profesionales de la salud incluyen los beneficios de la vacunación, posibles riesgos de reacciones alérgicas graves y la disponibilidad de tratamiento para reacciones alérgicas que puedan ocurrir después de recibir una vacuna contra el COVID-19 durante el embarazo.

Estudios recientes han demostrado que las personas en período de lactancia que han recibido vacunas de ARN mensajero contra el COVID-19 tienen anticuerpos en su leche materna, ofreciendo potencialmente protección a sus bebés. Sin embargo, aún se necesitan más datos para establecer el grado de este beneficio protector.

Contrariamente a los mitos, no hay evidencia que respalde la idea de que las vacunas contra el COVID-19 estén asociadas con problemas de fertilidad en mujeres u hombres. No obstante, es importante advertir que puede haber una alteración menor y temporal en la menstruación después de la vacunación.

Adultos Mayores:

Existe un temor prevalente de que las vacunas contra el COVID-19 no sean seguras para las personas mayores. Sin embargo, las personas mayores enfrentan un mayor riesgo de enfermedad grave y complicaciones por el COVID-19. Las estadísticas subrayan que la mayoría de las muertes por COVID-19 ocurren en personas mayores de 65 años, destacando la importancia de la vacunación como medida crítica para mitigar este riesgo elevado. Los beneficios de la vacunación en la prevención de enfermedades graves, hospitalizaciones y muertes por el COVID-19 superan ampliamente los riesgos de posibles efectos secundarios.

Individuos con Ciertas Condiciones Médicas:

Tener una condición médica puede infundir miedo a las nuevas vacunas debido a preocupaciones sobre posibles efectos negativos. Sin embargo, la evidencia actual indica que varias condiciones médicas pueden aumentar el riesgo de enfermedad grave por el COVID-19. Condiciones como las genéticas, neurológicas o metabólicas, enfermedad cardíaca congénita, obesidad, diabetes, asma, enfermedad pulmonar crónica, anemia falciforme y estados inmunocomprometidos se encuentran entre aquellas que elevan el riesgo. Personas de todas las edades, incluyendo niños, pueden experimentar enfermedades graves por el COVID-19, especialmente aquellos con condiciones médicas subyacentes.

Para personas con condiciones médicas subyacentes vinculadas a un mayor riesgo de enfermedad grave por el COVID-19, consultar con profesionales de la salud para obtener recomendaciones de vacunación personalizadas es crucial. En algunos casos, pueden ser necesarias dosis adicionales de la vacuna, especialmente para personas inmunocomprometidas o con sistemas inmunológicos debilitados.

A pesar de las preocupaciones persistentes y los mitos acerca de las vacunas contra el COVID-19, la evidencia demuestra de manera consistente su seguridad y eficacia. Las personas embarazadas y en período de lactancia, los adultos mayores y aquellas con condiciones médicas subyacentes deben buscar recomendaciones personalizadas de vacunación de profesionales de la salud. El asesoramiento profesional garantiza estrategias de prevención y tratamiento adaptadas, abordando las consideraciones de salud únicas. Adicionalmente, la orientación personalizada empodera a las personas para tomar decisiones informadas.